lunes, 12 de diciembre de 2011

Lata pisoteada una y otra vez. Entrada 11.

Muchos palos ha debido recibir esta pobre lata. 


No basta un pequeño bollo, un roce en la pintura... era necesario un ensañamiento brutal. La pobre agonizaba como podía pero no hubo manera de salvarla. Muchos gigantes pasaron sobe ella y no le dejaron vivir como a ella le hubiera gustado.


Los que nos sentimos como la lata decimos... 
¡no estás sola y no te olvidaremos! 

3 comentarios:

  1. Pobrecilla. Si es que hay que mirar bien antes de ponerse a cruzar rodando. ¡Que hay latas que van como locas!

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  2. La podre llevaba prisa y al final por un descuido... catapúm!

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  3. Me parece que quería perder peso y se decidió por la vía rápida y drástica, jejeje.

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